Tras poner el anillo de compromiso, que tanto se anhelába, cuando esto sucede se disfruta al máximo, y de ahora en adelante, solo se piensa en mil preguntas: ¿cómo será la boda? ¿A quien invito? ¿Cuanto necesito? ¿Que vestido voy a usar? etc, etc, etc... En fin un mar completo de inquietudes, pero tranquila, aquí estamos para ayudarte.
Es por eso, que en este corto blog, las invito a reflexionar, a las que recién se comprometieron, sueñan con un día hacerlo o las que sospechan que pronto sucederá, que recuerden, anhelen, suspiren, lloren, rían, salten… Disfruten al máximo ese instante, dura poco, y aunque gracias a la tecnología quedará capturado para siempre, la emoción y belleza de ese preciso instante no será la misma con el pasar y afán de los días de tener la mejor boda. Pues lo más importante no es solo que festejarás ese compromiso, sino la persona con la que has decido estar por el resto de tu vida y formar juntos una Familia y un Dulce Hogar.
Muchas veces, pasa a ser más importante la fiesta que voy a tener, la comida que voy a dar, los invitados que irán y por supuesto que traje usaré. Pero olvidamos que lo esencial esta frente a nosotros, nuestro amado, arrodillado, sentado o como haya sido tu propuesta, diciéndote a ti, a Dios y al mundo entero, que te ama, que quiere caminar el resto de su vida tomado de tu mano.
Deja que lo demás pase a un segundo plano y deja en nuestras manos la organización y planeación de tu boda, tu sigue disfrutando del idilio y deleite del amor. Disfruta el ya, el ahora, recordando el pacto que pronto harán y vive:
¡Una Experiencia de Amor!
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